El gusto de bailar

El viernes pasado nos invitaron a una fiesta llanera. Tan pronto llegué junto con mi esposo, tuve la fortuna de que el bailarín del grupo me sacara a bailar joropo. Para mí fue un momento de gran felicidad, aunque estuve un poco intimidada por ser el centro de atracción frente a un público desconocido. Reconocí el placer que me produce bailar, pero además, me maravillé de aquel lindo folclor que tenemos en los llanos orientales: las arpas y los cuatros que recrean los extensos prados ganaderos bajo un lindo atardecer. Admiro a los llaneros, que no han permitido que su cultura se extinga y que llevan el folclor arraigado en todas sus generaciones y todas sus clases sociales. Que no se muera esta música, pienso yo, mientras me deleito dejándome llevar por aquel caballero de sombrero negro y pies inquietos. Y que sirva de ejemplo, digo ahora, cuando me doy cuenta de que la música típica colombiana parece extinguirse. Lindas canciones como Oropel, Espumas que se van, un bambuco bajo la melodía de las guitarras, un pasillo, los vallenatos de antaño o la música de Lucho Bermúdez, son solo temas de nuestros viejos, que ya ni ponen en la radio. Y más bien, producto de la globalización, escuchamos a nuestros hijos cantar frías canciones en inglés. Contrario a lo que ocurre en los Llanos Orientales, donde todos sus colegios se encargan de enseñar el joropo a sus alumnos…

Seguir leyendo «El gusto de bailar»

Blog de WordPress.com.

Subir ↑